Son una zona de humedales que antiguamente ocupaba casi toda la llanura de la bahía de Roses y del Baix Ter, pero la extensa área marismeña fue desapareciendo a causa, sobre todo, de la expansión agrícola. Actualmente, su patrimonio natural es un espacio de convivencia entre el agua, la tierra, el ser humano y la naturaleza. Un mosaico de ecosistemas interdependientes, pero a la vez bien diferenciados, da a los Aiguamolls una riqueza natural singular y hace de él un verdadero oasis. El golfo de Roses ofrece cobijo a la flora y fauna en tiempo de fuertes temporales de Tramontana. En toda la franja litoral del Parque están presentes extensos arenales que constituyen algunas de las últimas playas vírgenes de la Costa Brava.