Situado en el interior de la provincia de Girona, a orillas del río Fluvià y a 45 minutos en coche desde Roses, encontramos la localidad de Besalú. Un pueblo que os trasladará a la Edad Medieval en cuanto crucéis su espectacular puente y paseéis por sus callejuelas empedradas. Para conocer bien el pueblo les recomendamos invertir un mínimo de una mañana, ya que de esta forma tendréis tiempo de visitar todos los puntos de interés del territorio y degustar algunos de los platos típicos de la zona como por ejemplo los “fesols de Santa Pau con butifarra” o bebidas típicas como la “ratafía”.

Imprescindible en Besalú:

• Puente de Besalú: parada obligatoria en esta estructura de 150 metros de largo que atraviesa el río Fluvià. Se trata de un puente con 7 arcos y 2 grandes torres que han ido sufriendo varias reconstrucciones debido a su deterioro pero que no han perdido ni un ápice de su belleza. Podríamos describir el puente de Besalú como la entrada perfecta hacia un centro medieval histórico. 

• Antiguo Barrio Judío: justo después de cruzar el puente, nos adentramos a un entramado de callejuelas empedradas llenas de encanto que forman la antigua judería. Fue precisamente allí donde la comunidad judía se estableció durante el siglo IX hasta que fueron expulsados en el siglo XV por los reyes católicos. 

• Iglesia de Sant Vicenç: uno de los edificios más antiguos y una de las joyas del románico catalán. 

• Monasterio de Sant Pere de Besalú: Se trata de un Monasterio benedictino cuya fachada destaca por tener dos figuras de leones protectores. Pueden visitar su interior siempre que se concerte una visita guiada en la oficina de turismo de la localidad. 

• La Mikvé: es un baño ritual utilizado para la purificación de hombres y mujeres en los rituales del judaísmo. Se puede visitar la piscina interior donde se realizaban estos rituales con un guía de la oficina de turismo. 

• Feria Medieval de Besalú: Cada año, durante la primera semana de septiembre, se celebra una de las ferias medievales más importantes y bonitas del país. El casco histórico de Besalú, se transforma a través del montaje de pequeñas tiendas de artesanías, gente vestida de la época, música y danza en las calles, talleres de oficios medievales, recreaciones de justas y combates de caballeros, entre otras actividades.