Estos dos pueblos vecinos situados en la comarca del Baix Empordà, se encuentran a 50 minutos en coche de Roses. Si queréis descubrir nuevos rincones de nuestra preciada Costa Brava, sin lugar a duda estos dos pueblos medievales no os defraudarán.
Situados a 10 minutos el uno del otro, ambos pueblos comparten rasgos y tradiciones. Sus calles empedradas, sus casas de piedra perfectamente cuidadas y adornadas con flores y plantas, su amplia oferta gastronómica y su playa convertirán vuestra experiencia en única y mágica.
Recomendaciones:
- Arroz a la cazuela de Pals: plato típico y originario de la localidad de Pals
- Platja Gran de Pals: una de las mejores cosas que hacer en Pals, antes o después de visitar el pueblo, es acercarte en coche a la costa para darte un refrescante baño en su playa de arena dorada. Con más de 2.400 metros de longitud, destaca por tener una zona casi virgen con dunas, pinares y unas excelentes vistas de las Islas Medas y otra zona equipada con todos los servicios esenciales para que paséis un día de playa magnífico.
- Pasear por el casco antiguo de Pals: recorre las calles del casco antiguo. Podrás disfrutar de sus principiantes monumentos arquitectónicos, así como la Torre de las Horas, la iglesia de Sant Pere, o Ca la Pruna.
- Ir a Peratallada: parada obligatoria en este precioso pueblo que parece haber quedado congelado en la Edad Media. Os enamorarás a primera vista en cuanto crucéis su muralla y os perdáis por sus calles rodeadas de casas de piedra, llenas de detalles en puertas y ventanas. Allí podréis ir a ver monumentos como la Iglesia de Sant Esteve, el Portal de la Virgen, la Torre del Homenaje, entre muchos otros.